Tradición mediterránea

Mousse del Mediterráneo es el resultado de la peripecia vital de Demetrio Fucile, romano con ascendencia calabresa empeñado en demostrar que la cocina italiana va mucho más allá de la pizza y la pasta.

Espíritu de Mousse del Mediterráneo

Hablar de tradición mediterránea es hablar de sol, del calor abrasante de los tórridos veranos, de terrenos áridos en los que entre cada siembra y cada cosecha tiene lugar una lucha de poder a poder con la naturaleza. Todo el sur de Europa tiene regiones con estas características y, curiosamente, su tradición culinaria es muy semejante: recetas sencillas de aprovechamiento máximo en las que suele estar presente el aceite de oliva. Ése es precisamente el espíritu de Mousse del Mediterráneo.

Restaurador de éxito durante muchos años, Demetrio Fucile comenzó a preparar las recetas de su abuela, María, y su madre, Mariana, con gran éxito entre sus clientes. “Con nueve hijos, mi madre hacía kilos y kilos de berenjena cuando llegaba la temporada. Llegaban a conservarse durante seis años sin conservantes, sólo con aceite. Y cada año mejor que el anterior.”

Empeñado en difundir la auténtica cocina italiana, pone ahora a disposición de todo el público sus creaciones más exclusivas, ésas recetas por las que sus clientes han suspirado y él jamás ha revelado. “Son secretos de familia que están con nosotros desde hace ciento cincuenta años. Y en Calabria, la familia es la familia”.

Aceite de oliva, el elemento vertebrador de la cocina mediterránea

Sin aceite de oliva no hay dieta mediterránea. Es el elemento indispensabel en cada receta.

Kilómetros y kilómetros de olivares entre los que nunca se ve un matojo de hierba para que cada milesima de ese bien escaso que es el agua se aproveche en el olivo. Sur de España y sur de Italia comparten este paisaje que es el origen de una dieta mundialmente famosa por sus características saludables y por los manjares con los que nos obsequia.

La tradición de la conserva: hacer virtud de la necesidad

Vemos la conserva como un recurso más, pero no hace tanto tiempo fue una necesidad imperiosa

Desde nuestra atalaya de «hombres modernos» todo está al alcance, pero hace menos de un siglo la realidad era muy diferente. Refrigeración era un concepto desconocido y la imperiosa necesidad de conservar los alimentos era aún mayor en territorios como los del Sur de Europa en los que nunca estaba asegurada la cosecha del año siguiente. La conserva se convirtió en un arte y la conserva en aceite hizo virtud de la necesidad.

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